El Polifacetismo, o como una ciudad puede ser tanto a la vez

7.6.10 5:48 a. m. by Tropical Blonde 0 comentarios
Hace un par de meses fuí por unos días a explorar una ciudad que no conocía pero que tenía referencias de ella. Me encontré con algo que jamás imaginé posible. Me enamoré nuevamente de una ciudad. Me dí cuenta que esta ciudad tiene tanto potencial y tanto que ofrecer. Me sentí de nuevo en casa y sin haberme dado cuenta esta ciudad me adoptó y me sentí parte de ella.




Pasé días increíbles, con gente a la que quiero tanto y con quienes he compartido y quiero seguir compartiendo muchos capítulos de mi vida. El poder re-encontrarme con gente que tenía por lo menos 16 años que no veía, amigos de verdad que están ahí por tí, hermanas por decisión, familia que no conocía pero que nos quisimos desde el primer día como si fuera de toda la vida, gente que pasan a ser más que especiales y únicos en mi vida y a quienes extraño tanto, hizo que mi visita se convirtiera en inolvidable y perduradera.




Pero lo que más me gustó fue que no me sentí una extraña. Me encantó ver que después de 3 días podía manejar por la ciudad y meterme por los "caminos verdes" como si estuviera de vuelta en Caracas en mi Corollita. Que hasta la gente que conozco vive allí desde hace más de 5 años se rieran de esto y me preguntaran donde tenia el GPS metido.




Esta ciudad me hizo creer nuevamente que tengo la oportunidad de hacer futuro en otras partes del mundo que no sean Caracas o Berlín, a las que amo pero no puedo vivir en ellas por diversas razones. Me dejé absorber por su cultura y su gente, por la vibra de ciudad que tiene.




Esta ciudad es Panamá




Hipotéticamente hablando si Panamá fuese una persona y no una ciudad, yo le recomendaría -no, la verdad es que le exigiría- que fuera a un psiquiatra a tratarse esa esquizofrénica personalidad. Panamá tiene varias caras y perfiles, las cuales me asombran y confunden a la vez.




Me encontré con una ciudad que tiene un impulso de reconstruirse y ser tan versátil que tiene su cara de gente joven con ganas de divertirse y disfrutar, su cara seria llena de trabajo y comercio marítimo, su cara noble con oficinas y centros de ONGs mundiales, y a la vez puede convertirse en el lugar predilecto de quienes tienen el sueño de retirarse en Florida luego de haber pasado los 70.




También me encontré con una ciudad con alma de Macondo en donde ciertas vías parecen la calle principal de Tumeremo, con aceras de Río Chico, casitas de Pampatar y gente de Río Caribe. Las zonas que he visto puedo compararlas cada una con lugares que ya conozco, sin que eso le quite su autenticidad. El casco antiguo parece El Hatillo mezclado con Pueblo viejo en Puerto la Cruz, pero con una belleza del centro de San Salvador y un malecón que si estuviera un poco más limpio parecería parte de las playas cercanas al Mont Sant Michel en Francia. Las ruinas de la Panamá vieja me transportaron a las miles de historias que lei sobre los piratas y que nunca pensé fueran parte de la historia de ningún país.




Ojalá pueda volver y sentirme nuevamente ser parte del pulso de una ciudad tan increíble como Panamá.